
Título: La ladrona de libros.
Título original: The Book Thief.
Autor: Markus Zusak.
Páginas: 544.
Año: 2007.
Editorial: Lumen.
Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia...
Una novela preciosa, tremendamente humana y emocionante, que describe las peripecias de una niña alemana de nueve años desde que es dada en adopción por su madre hasta el final de la guerra. Su nueva familia, gente sencilla y nada afecta al nazismo, le enseña a leer y a través de los libros Liesel logra distraerse durante los bombardeos y combatir la tristeza. Pero es el libro que ella misma está escribiendo el que finalmente le salvará la vida.
No soy capaz de describir este libro ni lo que me ha hecho sentir con cada palabra, con cada página. No ahora, cuando lo he terminado hace unos pocos minutos, ni creo que pueda hacerlo alguna vez. La ladrona de libros no sólo es un libro. No sólo son palabras. No sólo son páginas. No.
La ladrona de libros es una historia totalmente impresionante, conmovedora, sobrecogedora. Así me he sentido a lo largo de las 531 páginas que tiene. He reído (y tanto que he reído, sobre todo con las intervenciones del adorable y carismático Rudy Steiner) y he llorado (los últimos capítulos han sido una especie de tortura autoinfligida que no he podido detener). He sentido una gran conexión con los personajes, y un afecto intenso hacia todos, especiamente hacia Liesel, Hans y Rudy. Y cómo no, hacia nuestra entrañable narradora, la Muerte.
Quizás este último factor es el que hace este libro diferente a todos los demás que he leído, el hecho de que no es la protagonista la que cuenta la historia como yo creía que sería, sino que es la Muerte, la temida Muerte la que nos muestra su lado tierno al describirnos la historia de Liesel Meminger, ladrona (y amante) de libros. El hecho de que Liesel tenga ese amor especial hacia los libros, ha hecho que me encariñe más con ella si cabe.
La narrativa es cautivadora desde el principio; el modo de escribir es absolutamente asombroso. La Muerte confiesa que no le gustan los misterios porque le aburren, por lo que siempre nos adelante el final de ese periodo (lo que me inflige más dolor del que puedo soportar porque no soy capaz de quitarme de la cabeza que al final de la felicidad que están sintiendo los habitantes de Himmelstrasse, va a suceder una tragedia), lo que convierte a este libro en una maravillosa obra de arte, que en mi opinión, todo el mundo debería leer. El hecho de que la situación histórica se haya dado realmente durante el siglo pasado, lo convierte en una historia que te hace sentir, porque, ¿quién dice que sólo es ficción? ¿Quién dice que no existió una pequeña Liesel Meminger que amaba los libros y que éstos le salvaron la vida?
No sé cómo darle sólo 5 estrellas a esta maravilla, cuando se merece un millón más. Además, ni una sola palabra de la que he escrito le hace justicia. Sinceramente, no entiendo que pueda haber críticas negativas hacia este tesoro, porque yo no soy capaz de verle ningún punto negativo. Absolutamente ninguno.
Nota al señor Zusak (contiene spoiler final, avisados estáis): Sé que para el mundo este es un pequeño detalle sin importancia, sobre todo al compararlo con el resto de la historia, pero para mí es de vital trascendencia. Así que, querido Markus, ¿QUIÉN ES EL PADRE DE LOS HIJOS DE LIESEL MEMINGER?
5/5★★★★★
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