Título original: Battle Royale.
Autor: Koushun Takami.
Saga: -
Páginas: 683.
Año: 1999 (2013 en España).
Editorial: Booket.
En la República del Gran Oriente Asiático está prohibido el rock, esa música decadente. Los jóvenes crecen en un estado totalitario y controlador que promueve la competitividad. Como medida de control de rebeliones, la administración pone en marcha el Programa: cada año, 50 clases de distintos institutos son elegidas para luchar a muerte en la BATTLE ROYALE.
Los alumnos elegidos son aislados en una isla. Las normas del juego son estrictas: no pueden escapar, no pueden contactar con el exterior, y solo puede quedar uno.
Todo está permitido para sobrevivir. Empieza el juego. Empieza BATTLE ROYALE.
Lo que me hizo leer este libro no fue más que la curiosidad, ya que supuestamente, la trilogía de Los Juegos del Hambre es una copia de Battle Royale. Y hay dos cosas que odio con respecto a ésto: los plagios y los supuestos plagios. A la gente le gusta hablar mucho y si algo no le gusta, hace cualquier cosa por despreciarlo. De modo que me dispuse a empezarlo; hay que admitir que hay ciertos parecidos, como el hecho de que unos adolescentes elegidos al azar han de matarse entre ellos y que sólo uno puede sobrevivir, y la existencia de un Gobierno opresor. Pero ahí acaban las similitudes. Personalmente, me gustan mucho más los libros de Suzanne Collins, ya que me parecen muchísimo mejor desarrollados y con un fundamento más profundo. Aunque como bien dicen: para gustos, colores.
Battle Royale nos situa en un Japón distópico y aislado del resto del mundo, en el que para mantener el orden, el miedo y la opresión sobre la población, cada año se lleva a cabo el Programa, un experimento bélico creado por el Gobierno. Para ello, se seleccionan 50 clases al azar, y los 42 alumnos —21 de cada sexo—, han de luchar entre ellos hasta la muerte. Sólo uno puede declararse ganador y regresar vivo a casa. La clase de tercero del instituto Shiroiwa es secuestrada en medio de una supuesta excursión y llevada a una isla donde se llevará a cabo el Programa. Las reglas del juego son sencillas: todos los alumnos llevan alrededor de cuello a modo de collar un dispositivo de localización, y a cada uno se le entrega un mapa y una mochila con un arma diferente. Cada cierto tiempo, algunas zonas de la isla se declaran prohibidas, y si entonces un estudiante sigue ahí, su dispositivo explotará inmediatamente. Para motivarles, les dan un margen de tiempo de 24 horas, en las que si no muere nadie, todos los dispositivos detonarán. Con esto, y la confianza entre ellos de pronto inexistente, los 42 alumnos lucharán a muerte por sobrevivir, incluso si eso significa matar a tu mejor amigo o a tu pareja.
Desde luego, me causa una inmensa tristeza pensar en los miles y decenas de miles de jóvenes que perderán sus vidas a la tierna edad de quince años. Pero si sus vidas servirán para proteger la independencia de nuestro pueblo, ¿no tenemos derecho a exigir que su carne y su sangre se derrame y se mezcle con nuestra hermosa tierra, que heredamos de nuestros dioses, para que vivan por toda la eternidad?
Lo que me preocupaba antes de empezar a leer, era la cantidad de nombres casi idénticos, pero resulta que poco a poco, el lector empieza a reconocer a cada uno sin necesidad de mirar la lista que aparece al principio del libro. Asímismo, hay que destacar a unos cuantos alumnos entre todos los que hay, como Shuya, Noriko, Shogo, Shinji, Kazuo, Mitsuko y alguno más. No son exactamente los protagonistas, pero se les dedica más páginas y son más importantes que el resto, por decirlo de alguna manera, aunque sí que asistimos a la muerte de todos y cada uno de los personajes. Hay algo que no me ha gustado en absoluto, y es la inmadurez de algunos personajes: ¿de verdad piensas en tu ídolo de música pop cuando estás a punto de morir? Y lo mismo con los temas amorosos; en serio, intenta sobrevivir y luego, si tienes suerte y lo consigues, ya le preguntarás a tu amiga qué chico le gusta y te preocupas por la respuesta. Luego está el tema del machismo. Vale, me parece bien que se le dé más protagonismo a los chicos, pero de ahí a referirse a una chica como un mero objeto a las órdenes de los hombres... digamos que es pasarse del límite. Unos veinte pueblos.
Para memorizar algo, lo mejor es tomar nota. Escribid esto: «Nos mataremos los unos a los otros.» [...] Y ahora: «Si no mato, me matarán.»
Algo delicado de tratar son las muertes y la violencia con la que nos encontramos. Resulta difícil de imaginar que a un grupo de adolescentes se les entregue armas para matarse unos a otros, pero es lo que sucede. Esto desencadena sangre, tripas, sesos y miembros por todas partes. Algunas muertes pueden resultar bastante normales para lo que pueden provocar las pistolas o las ametralladoras, pero hay otras que simplemente es mejor no tratar de imaginarlas. Este libro no es apto para mentes y estómagos sensibles.
Las primeras doscientas cincuenta páginas estuve tan enganchada que no podía dejar de leer, pero desde ahí, el ritmo ha empezado a hacerse pesado y cuesta arriba, por lo que no he terminado de disfrutar de la lectura tanto como me hubiese gustado. También hay una cantidad excesiva de repeticiones —me ha quedado más que claro a lo que se dedicaban antes los personajes, por quién estaban colados y todos eso, gracias—. En más de una ocasión me he planteado dejar el libro, pero finalmente he conseguido acabarlo; ha sido como quitarme de encima un gran peso. Hay tantos personajes y las cosas suceden de manera tan abrupta que no he logrado cogerle afecto a ninguno, de modo que todo me ha resultado bastante indiferente. Incluso el final; me esperaba algo más espectacular —sobre todo teniendo en cuenta lo que me ha sorprendido uno de los últimos capítulos—, pero lo cierto es que es predecible.
Sé que hay una película basada en Battle Royale que se estrenó un año después de la publicación del libro, y tengo pensado verla porque siempre es interesante ver cómo han adaptado una historia, aunque no tengo especial prisa por adentrarme una vez más en el mundo creado por Koushun Takami.
En conclusión: a pesar de que se parte de una idea interesante y buena, en mi opinión, no tiene una base sólida que la sostenga. No he acabado de entender el propósito del Programa, no ha llegado a importarme ningún personaje y por supuesto, la historia no me ha convencido a pesar de las buenas críticas que he leído.
3,5/5★★★☆☆
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